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conocimiento inútil

Herald Tribune!!!!!!!

 

Saliendo de la estación para entrar en el edificio donde trabajo, un par de jóvenas ofrecían algún tipo de periódico que estaba desde luego en la lengua del lugar. Las dos tenían una cara de tristeza que parecía que distribuyeran un cotidiano de esquelas o algo así, y vino a mi memoria la más maravillosa voceadora que han dado los siglos, la Jean Seberg de À bout de souffle.

De ahí, mi cabeza pasó a la pena de la Seberg muerta en su coche durante once días, y la desesperación de su ex marido Romain Gary, que se levantó la tapa de los sesos (no es una metáfora) un año después.

Romain Gary no es sólo uno de los grandes escritores franceses del siglo XX, sino que su propia vida es una historia apasionante... Id y leed! El libro de Myriam Anissimov (ande o no ande, hacéos con la edición grande) es una gozada, y está disponible en la Fnac francesa.

Lo mismo otro rato escribo más de Gary, que forma parte de uno de mis proyectos a larguísimo plazo.

sobre sectas again, y un anuncio

Hace más de tres años que escribí este post , en el que contaba mi opinión sobre alguna secta destructiva, y esta mañana me encuentro con que uno de los inevitables trolls ha dejado dos comentarios en él. Mi incomparable generosidad me ha llevado a borrar ambos comentarios, pero uno de ellos ha retenido mi atención porque, pretendiendo herirme con flamígera espada (soy la prueba viva de que existe el demonio, dice), no hace sino darme la razón: el pobre troll me cuenta parte de su vida, y me cuenta todas las desgracias que le han pasado, desde que su madre le abandonó hasta que después de caer en la droga y el alcohol, sólo Kiko (comparado en el texto a Teresa de Calcuta) ha podido enderezarle, hasta el punto de que ahora está en el Seminario.

He estado tentado de dejar el comentario, o incluso de reproducirlo aquí, para dar testimonio de que, efectivamente, estamos hablando de una secta que aprovecha la debilidad mental de las personas para succionarlas hacia un mundo paralelo, donde se vive según la dicotomía agustiniana de las dos ciudades. Pero al fin y al cabo soy buena gente.

Tampoco creo que merezca la pena extenderse más sobre este pobre rebaño (y aquí te invito a la elucubración sobre lo que quiero decir), porque hay algo más que quiero contarte hoy; de hecho iba a hacerlo durante el fin de semana, pero otras actividades me lo han impedido.

La inactividad casi absoluta del blog durante los últimos años ha estado en parte causada por el torbellino que ha sido mi vida, incluyendo dos bodas (con la misma maravillosa persona), y ahora un bebé, de sexo masculino, que deberá nacer en unas pocas semanas.

Te lo contaré, lo prometo. 

mi primer huracán, casi dos años después

mi primer huracán, casi dos años después

Como a lo mejor sabes, mi vida ha sido otro huracán en estos casi dos años, y me dejé a mitad la historia de Puerto Rico. Vamos pues a por ella.

El primer día de congreso transcurrió como todos los días de congreso, con ponencias que hacían dormir a las piedras, con un montón de gente saludándote y poniéndote tu tarjeta en las manos... nada especial a destacar.

Pero por la tarde... ay ay ay  por la tarde...

En uno de esos momentos de zapin siestero, la televisión anunció una depresión tropical, una zona de bajas presiones que puede dar lugar a precipitaciones considerables. Al cabo de un rato, la depresión tropical se había convertido en tormenta tropical. Al cabo de un rato, la tormenta tropical había crecido hasta convertirse en huracán, y cuando salí de la habitación el VIP del congreso (mi jefazo, para más señas) había sido evacuado. Eso sí, nos tranquilizaron diciendo que estábamos en un lugar seguro, que el resort era a prueba de huracanes, y tal y tal, pero que por supuesto no se podía ni abrir la ventana de la habitación, y que además había "ley seca". Todo muy tranquilizador.

El segundo día de congreso, en fin, pasó sin mayor incidencia que la lluvia y el viento (¡tan sólo!), pero lo peor fue la tarde: el congreso había terminado, y estaba absolutamente prohibido, como ya he dicho, salir al exterior. Las tiendas del hotel estaban cerradas, y el consumo (en el único pequeño bar que quedaba abierto) de cualquier cosa que llevara alcohol estaba estrictamente prohibida. Luego nos contarían que, por esta razón, el producto que los portorriqueños atesoran con más cuidado cuando se acerca un huracán es, por supuesto, el ron.

Dando vueltas por el hotel pasamos la tarde, hasta que encontramos el salón que habían acomodado para los niños: películas infantiles, máquina de palomitas, refrescos... y ¡una mesa de pinpón! Así que allí pasamos el resto de la tarde, hasta que descubrimos que habían acomodado un buffet en uno de los restaurantes, para que no muriéramos de desnutrición (concedo que yo lo hubiera tenido más difícil que otros).

El día siguiente era, ¡por fin! el día en que, con permiso de la aerolínea competente y si el tiempo no lo impidía, saldríamos de allí. El vuelo estaba previsto para la tarde, pero eran las primeras horas de la mañana cuando dejamos el hotel para ir haciendo fila ante el mostrador del aeropuerto. Como el vuelo del día anterior no había salido, había que trabajarse el salir en tu propio vuelo. Hasta las tres de la tarde estuvimos paseando por la terminal, o guardando el sitio a quienes tocaba pasear, hasta que tuvimos unas tarjetas de embarque que eran verdaderamente precarias. La razón: venía un avión de España, pero la tripulación tenía que descansar, y la tripulación que nos debía servir la deliciosa comida de Iberia estaba en Santo Domingo, donde también estaba el huracán, así que nuestra vuelta a casa dependía de lo que este último decidiera. Nos fuimos pues a un hotel que no estaba demasiado lejos del aeropuerto, a seguir no haciendo nada más que beber refrescos y estar sentados en un salón decadente.

Yo aproveché para darme una vuelta por un supermercado cercano, más por tener la impresión de hacer algo que por comprar nada (unos chicles: no podía ni comprar la clásica botella de ron como suvenir), hasta que llegó la hora en que era razonable volver al aeropuerto.

Al final llegamos a Santo Domingo, donde tenía que hacerse el cambio de tripulación. Y allí, también, nos esperaba el huracán. Tras cambiar los vales de comida que nos habían dado en Puerto Rico por botellas de ron, esperamos durante horas a que nos llamaran de vuelta al avión. Mientras tanto (las cosas del cambio de hora), llamé a mi secretaria para contarle que si eso ya iría a trabajar otro día. Y, qué voy a decir, me pasé el vuelo a Madrid durmiendo como un bebé.

Por supuesto, perdí el último vuelo del día a Amsterdam, así que pasé la noche en otro hotel cercano al aeropuerto, pero mucho más feliz por estar de vuelta a la vieja Europa.

intermedio

He hecho un test de personalidad, de esos que circulan por internet; concretamente el que te compara con líderes mundiales, y ésta es la respuesta:



What Famous Leader Are You?
personality tests by similarminds.com


Vamos, digo yo que no será para tanto. Estos son otros resultados:

ENTP - "Inventor". Enthusiastic interest in everything and always sensitive to possibilities. Non-conformist and innovative. 3.2% of the total population.
Take Free Myers-Briggs Personality Test
personality tests by similarminds.com


Conscious self
Overall self
Take Free Enneagram Personality Test
personality tests by similarminds.com


Enneagram Test Results Type 1 Perfectionism 63% Type 2 Helpfulness 83% Type 3 Image Awareness 50% Type 4 Sensitivity 20% Type 5 Detachment 86% Type 6 Anxiety 53% Type 7 Adventurousness 26% Type 8 Aggressiveness 23% Type 9 Calmness 73% Your Conscious-Surface type is 5w6
Your Unconscious-Overall type is 2w3
Take Free Enneagram Personality Test
personality tests by similarminds.com


¿bueno o malo? Pues ni una cosa ni la otra, oiga. Como cantaba Serrat, cada úuuuu noesco moéeeeeees.

mi primer huracán (2)

¿Dónde me había quedado? Ah, sí: en el cementerio; quiero decir que hablando de él. De allí me fui a cambiar de ropa, oiga, y vistas las circunstancias a un Marshall (el Sepu de los gringos o así) que había frente al ayuntamiento o coyunda. Allí hice acopio de camisetas y otras ropas más o menos interiores y seguí paseando por las hermosas calles de San Juan y por las otras, entrando en galerías comerciales donde lo único interesante que encontré fue un daiquiri de mango, mientras hacía tiempo para volver al hotel, desde donde íbamos al lugar donde se celebraba el congreso. Media hora de viaje en autobús, al menos con aire acondicionado. Al menos, eso estaba previsto, ya que pasamos más de una horita preguntándonos cuándo llegaríamos de una pinche vez, y si no se estaba acabando ya la islita de marras. Bueno, al final llegamos. Entre la entrada en el resort y que el bus se paró en la entrada del hotel, pasamos un rato circulando entre arboledas, campos de golf... la verdad es que todo anunciaba unos días fantásticos... si no fuera porque teníamos que trabajar y por ese calor húmedo.

La distribución de habitaciones fue tranquila, si tenemos en cuenta que ese mismo día había habido seiscientas salidas (!), y conseguí deshacer la maleta y darme una ducha antes de la inauguración del congreso (y la consiguiente recepción, por supuesto). Me enfundaron la habitual carpeta con materiales diversos, tomé un par de vinos y me fui a dormir... me había despertado a las cuatro de la mañana, con la coña del cambio de hora, así que estaba derrengado.

(continuará)

mi primer huracán

La semana pasada, por trabajo, anduve por tierras del Caribe. Conocí Puerto Rico; bueno, el viejo San Juan y uno de esos resorts yanquis con campo de golf, donde se celebraba el congreso al que yo asistía.

La impresión general de Puerto Rico se puede resumir como sigue: servicios latinoamericanos a precios norteamericanos. Es lo que tiene eso de ser un "estado libre asociado".

La primera impresión no fue digital, como Yogurtu, sino fuette. Al pasar por inmigración (a estos efectos sí son USA), el agente me empezó a hacer preguntas, del tipo "y qué tal", "y cómo tú por aquí" o "estudias o trabajas". Como no me apetecía decir a un agente USA dónde trabajo, en un primer momento me incliné por explicar mi sector, y cuando ya me preguntó más en detalle, pues precisé.

Lo que me impresionó no fue el interrogatorio, mucho más amable que el habitual (odio la sala de inmigración de Atlanta) y en español, sino que el agente me repuso: "pero eso está en La Haya, no? Allí vivía un filósofo del que soy gran admirador, Baruch Spinoza"... y me metió un rollete llete al respecto.

No sabía si informar al FBI, porque un agente de inmigración USA que conoce a Spinoza tiene que ser forzosamente un espía, o un terrorista o algo...

De ahí al viejo San Juan, donde nos alojaron en un hotel que hay frente a la Catedral; un antiguo convento que ahora es un hotel presuntamente de lujo (tampoco es para tanto, oiga). El tiempo era horroroso, un calor húmedo que me obligaría a cambiarme de ropa (empapada) tres veces en un día. Por supuesto, en todo interior hay un aire acondicionado que hiela.

Esa primera tarde, con el yetlaj y eso, tan sólo di un paseo corto y cené, y a la camita. Pero ya la impresión fue de una pobreza extrema en las calles del viejo San Juan.

La mañana siguiente, me desperté pronto, y después de desayunar me fui a dar un paseo. Serían las ocho de la mañana del domingo, y recorrí las calles del centro, donde pude comprobar la cantidad de gente sin techo para dormir que lo hacían en los bancos públicos, o incluso en la puerta de las iglesias... abiertas. También compré un par de libros puertorriqueños, que a ver, y volví a dejarlos al hotel. De allí me fui hacia la parte norte del viejo San Juan, donde pude ver, cerca del fuerte del Morro, el cementerio donde reposa, señaladamente, Pedro Salinas, bajo una humilde (y deteriorada) losa blanca, en sepultura que comparte con Carlos Marichal, a sólo unos pocos metros del azul del Caribe.

(continuará)

del armario a la peana

Una de las noticias del mes, para algunos, será sin duda la "revelación" de la homosexualidad de Alejandro Amenábar. Desde luego, estaba hace un par de días en todos los medios de comunicación interneteros.

No es que las salidas del armario estén bien o mal. El problema es que haya que salir. Que entre nuestra sociedad machista y los temores a veces infundados de los interesados no se viva la sexualidad de cada uno de forma natural.

Vale: me vas a decir que eso lo digo yo que soy heterosexual, un chico al que le gustan las chicas... vaya noticia! Bueno, pues sí, pero también creo que el problema, sobre todo, es de educación...

Hoy todos tenemos al menos un conocido, un amigo, una persona a la que queremos, que es homosexual (y en algunos casos no lo sabemos). Y creo que, precisamente, enseñar a la gente a aceptar el hecho homosexual pasa porque vean que esa gente a la que quieren, que aprecian o que admiran vive ese hecho. Si todo homófobo descubriera que ese director de cine, ese escritor, ese músico, ese político a quien votan, o cuyas películas van a ver, o cuyos discos o libros compran, es gay, probablemente algo en su cabeza empezaría a cambiar.

Precisamente éste debería ser el efecto de las "salidas del armario" de personajes famosos. Y sospecho que así es, pero queda mucho camino por andar, claro.

Quizá, precisamente (y aquí entro en el psicoonanismo), esa es la razón de que tanta gente criticara hasta la descalificación el libro de Lothar Machtan sobre la homosexualidad de Hitler... no podían soportar, los homófobos más violentos, o séase los nazis, que su dios entendiera. Y, caso de creerlo, tendrían que elegir entre él y sus creencias.

Lo que pasa es que a mí me trae al pairo lo que haga cada uno con su sexualidad, que es algo más que prollas, varginas o crulos, o en general con su vida privada. Y lo de los "outings" me parece, aparte de su posible valor didáctico, o de autoafirmación (valores que son importantísimos), irrelevante.

si es que no paro...

Y yo que creía que agosto iba a ser un mes tranquilo... ya estamos en septiembre y ni me he enterado. Salvo los dos fines de semana de mucho amor, y otro en el pueblo (cumpleaños de papá), el resto del tiempo lo he dedicado al curro... incluido el finde pasado, que dediqué a hacer un trabajillo para otra sección de mi Cosa (lo que hace hablar español más o menos asín).

Y esta tarde me voy a Bruselas, otra vez para disfrutar de la compañía que más me apetece hasta el domingo. Y justo cuando ayer me quedé sin luz en un pedazo de apartamento, y mi propietaria (quiero decir la del inmueble) me dice que hoy me puede mandar a alguien. Ya le he dicho que si acaso ya eso, que prefiero que me lo mande el lunes a las siete de la mañanita, que esta tarde tengo una urgencia (no le he dicho de qué tipo).

Y no es que me olvide de este blog, ni de ningún otro... de hecho, siempre estoy pensando en nuevos posts (bueno, para qué engañaros: quiero decir de vez en cuando), pero por hache o por be nunca me pongo.

Pues eso.

recuerdo de milos

Ya que estoy en el dique seco, por culpa de una otitis que cogí (en el sentido hispano-peninsular del término) en una fugaz escapada a Aranjuez, y que estoy poniéndome al día de la vida y milagros de los amigos, he decidido que, como premio invaluable a vosotros, mis fieles que me visitáis de vez en cuando, os voy a aconsejar la visita a Milos.

La verdad es que acabamos en la isla porque mi compañero Max me había recomendado la visita, y mi enamorada (y amada) no conocía la isla, que antes sólo conocía por la Afrodita de Milos (la Venus de Milo, para los horteras). Bueno, de hecho hay una placa en el lugar donde fue encontrada, in the middle of nowhere.

Con esto paso a contaros que una de las cosas que me pierden de mi amada es su pasión por las cosas viejas (nada de chistes, que estoy hecho un crío). En serio, paseas con ella por la Acrópolis y parece que vivió en tiempos de Socratís; paseas con ella por el Pireo y parece que tomaba copas con Temistoclís; vas con ella donde sea y no dejas de visitar esas piedras viejas que hay ahí tiradas. Y cuando cita a Herodoto de memoria me pone a cien: qué le voy a hacer si soy un pervertido.

El caso es que desde el Pireo tienes unos barcos (los Highspeed) que te llevan a Milos en tres horitas o algo asín, y te depositan en el puerto de Adamas.

Nuestro hotel estaba en este pueblecito, y el balconcillo de la habitación daba a la mar salada, lo que siempre es un detalle. Además, esta mujer fantástica alquiló un coche (el clásico Fiat Panda, más que suficiente para desenvolverse con soltura por las vías públicas del lugar, a no ser que seas un pijo como Hans) que nos permitió gestionar muy bien el estrés consustancial al lugar.

Porque en Milos tienes dos fuentes de estrés: dónde cenaremos hoy y a qué playa vamos.

Anduvimos por varias playas, algunas desiertas y otras no. De las desiertas, me quedo con Sarakiniko, que parece que era donde se refugiaban los piratas cuando por allí pasaban, y de las pobladas con Pollonia. De los restaurantes (tascucios, mejor dicho), uno de cuyo nombre no puedo acordarme, regentado por un antiguo marinero que, al terminar, nos sacó un postre conocido (eso no lo explicó más que en griego, por lo visto para no asustarme) como el "postre de bodas", que parece que causa en quien lo come la necesidad irrefrenable de contraer matrimonio (no explicó si por lo civil o por lo militar, ni qué pasa si el comedor es gay donde eso sea un problema).

La puesta de sol en la isla es espectacular, y parece ser por ello que toda la turistada (nosotros incluidos, of course) se dan cita en el Utopia Bar,que tiene una vista del mar, justo allí donde el sol se pone, que probablemente no tiene igual. A nosotros, por supuesto, nos tocó la gorda que no paraba de dar la barrila.

Y la estrella, sin duda, fue la noche en que la Hélade se proclamó campeona de Europa de pelotón. Yo, de quien los más viejos del lugar no recordaban cuál fue la última vez que veía un partido de pelotón entero (o, alternativamente, sin dormirme), me lo pasé como un enano viendo a esos helenos excitados como John C. Holmes en plena jornada de trabajo... y qué decir de esos momentos mágicos como "el gooooooool" o "campeones, campeones, oé oé oé", todo ello en idioma del lugar.

En fin, que es una isla que no está demasiado destrozada por el turismo (como Creta... pero si acaso ya hablaremos de eso otro rato) y donde se pueden pasar unos días tranquilos y maravillosos... ¡¡¡como los míos!!!

peticiones del oyente

peticiones del oyente

Pues nada, que aunque no tengo tiempo de nada, entre teléfono, messenger, esemeses y otras cosas, pues hoy la buena de Pétalo me dice que qué pasa y yo, que tengo menos personalidad que el congreso de un partido político, me pongo a escribir.

Y es que sigo colgadísimo, qué te voy a decir. Y, después del viaje a que me referí en mi última aparición en sus pantallas, la cosa ha ido hacia adelante, o hacia arriba... o en ambos sentidos.

El último finde de junio, la susodicha me se plantó en esta ciudad donde vivo. Afortunadamente, me dio tiempo a tener una casa presentable. Y aquí estuvimos, queriéndonos y eso. Y el 1 de julio, como buen turista, me subí a un avión y me fui para las atenas, donde ella me esperaba en el aeropuerto 77 para tomarnos unas vacaciones juntos. A la mañana siguiente, un barco nos llevó a la isla de Milos, donde la Afrodita de Milos.

Milos es una isla que no está demasiado arruinada por el turismo, y donde todavía se pueden encontrar playas prácticamente desiertas (no voy a decir nombres, que luego vas), donde pasamos unos días fantásticos, llenos de amor y esas cosas, y de un sitio a otro. Allí, entre otras cosas, viví la locura que para esta gente fue ganar la eurocopa dels collons... yo, que no veía un partido de balompié desde ni se sabe (creo que el portero del Atleti era un tal Iríbar) me lo pasé como un enano viendo la fauna del lugar. Y, desde luego, la isla no durmió en toda la noche.

Luego pasamos tres días en el Pireo, donde vive la señora, que tenía que trabajar unos días, así que mientras tanto yo me paseaba por allí como un señor, o me iba a Atenas a ver unas cosas y otras, y el jueves por la noche nos cogimos un barco, y rumbo a Creta que nos fuimos.

Creta es mucho más turística, una especie de Salou a principios de los ochenta, pero si te alejas de las grandes ciudades (en este caso Chania, que se pronuncia algo asi como Jañá) puedes encontrar algunas que están poco congestionadas y muy bien. El caso es que íbamos a una boda, y fue mi primera boda griega, aunque la subespecie cretense parece ser muy específica, aunque en ésta no hubo disparos al aire cuando entraban los novios, que parece ser una costumbre muy del lugar. Pero se comió, se bebió y se bailó hasta que decidimos que ya valía.

En fin, que he vuelto bronceado (menos mal, porque el palo de oír al sobrecargo anunciar los 15 gradetes de temperatura en A'dam fue de impresión), contento (contentísimo, y cada día más) y con ganas de repetir.

Igual cuento más cosas otro rato. Ya veremos, que ahora estoy cansadete. Besos y achuchones.

estar enamorado es...

estar enamorado es...

Ya sé, ya sé... he estado un montón de tiempo sin escribir, pero te cuento, y espero que consideres (como yo, por cierto) que ha valido la pena.

Si echas un ojo a la entrada inmediatamente anterior, verás que hablo de una chica. La había conocido una semana antes, y pasó justo lo que cuento ahí: estuve buscando cómo contactar con ella; encontré una dirección, pero ni siquiera personal suya, sino de su trabajo (es decir, la general de su trabajo) y pensé en seguir buscando el fin de semana. Cuando ella me llamó ese viernes... pues qué os voy a decir, que empezó una carrera de emilios, de esemeses... y cinco días después sacaba mi billete para su tierra, de donde he vuelto este mediodía.

Te aclaro, por si no me conoces lo suficiente, que siempre había sido el típico negador del flechazo, que nunca nunca en la vida me había planteado una relación con nadie que viviera donde no llega el transporte urbano... y aquí me tienes, cambiando incluso de huso horario para pasar dos días (bueno, y medio) con ella, tres semanas después de conocerla. Y feliz. Adolescente total (bueno, adolescente que se puede pagar ciertas cosas).

Así que he pasado, y no es para daros envidia, el fin de semana perfecto, con una mujer que me atrae enormemente desde todos, absolutamente todos, los puntos de vista, y... no voy a seguir porque es demasiado pronto: ya veremos por qué derroteros discurre esta historia.

Pero que conste que soy feliz, y pretendo serlo mucho más.

he estado descansando

he estado descansando

Pues eso. Hasta hoy, que he vuelto a trabajar, he estado dedicándome fundamentalmente a dormir y a buscar en internet datos de una chica... que justo hoy me ha llamado al trabajo (creía que me iba a dar un algo). Ahora me voy a dormir, pero antes quería dejar constancia de que estoy oyendo a Rod the Mod / God (bueno, Rod the Rod sería ya suficiente), y de que lamento no poderme unir a Las Chicas Del Camp, pero es que a uno, más que vegetariano, es carnívoro, aunque al conejo, lo mismito que al mejillón, lo mejor (es mi opinión, hay otras, que ilustro más abajo) es quitarle el pelo.

Por cierto, ¿por qué cuando yo enseñaba cosas en Huesconsin no me enteraba de lo que pasaba?

Y sobre lo del pelo: me cuentan esto como anécdota verdadera: ese médico que está en un hospital del sur y de repente aparece un macho (y ten macho) de raza calé dispuesto a terminar al mérdico que había atendido a su esposa de él, porque le había quitado "el golor a jembra"... la habían aseado allá abajo, cuchilla mediante inclusive. Pues que viva el señor dostó!!!! (un recuerdo especial al más impasible de los médicos de la UVI, o como se llame, del Saint George de Huesconsin).

calcetines blancos

calcetines blancos

Ahora me entero (lo que hace no hablar el idioma) de que en enero se armó porque un payo del Ministerio de Hacienda de estos lares dijo que los calcetines blancos "transgreden los límites de la decencia en el vestir", o algo así.

No diré yo que sea el más grande defensor de los calcetines blancos en el mundo. Me parecen particularmente odiosos los que llevan la doble tira (azul y roja) en lo alto. Pero de ahí a lo que parece que se ha montado hay un trecho.

A mí me da que la proscripción de los calcetines blancos, así en su totalidad, es propia de pijos sin criterio. En primer lugar, los calcetines blancos no están teñidos. Esto parece una perogrullada, y probablemente lo sea, pero hay algunos tintes que no hacen ningún bien a la piel. Segundo, vale que estos malvados son un complemento lamentable a la hora de vestir formalmente (trabajo, celebraciones, etc.), pero encuentran su sitio (yo, al menos los acepto) si son de algodón crudo, con bluyíns y zapatos claros. Eso sí, debo decir que en mi cajón de los calcetines (en el que he conseguido, incluso, reducir al mínimo los calcetines desparejados) no hay ni un par blanco.

Pero puedes pensar otra cosa, y te agradeceré que me lo cuentes.

sobre sectas

Ahora resulta que el sinvergüenza de Kiko Argüello, líder de la secta llamada "Camino neocatecumenal", que ha recibido los parabienes de la Iglesia Católica, y a quien le encargaron pintarrajear la Catedral de la Almudena, en Madrid, no sólo obtuvo el encargo en violación del concurso que atribuyó dichas pinturas a Manuel Ortega, discípulo de Vázquez Díaz y reputado pintor y autor de vidrieras, sino que además, con un par, ha copiado las pinturas de las de un seminario que su secta tiene en la República Dominicana.

Éste es un hijo de papá que un buen día descubrió que era el único que sabía cómo llegar hasta Dios, y montó, junto a una tal Carmen Hernández (de quien he leído por la red que es la única extranjera que tiene acceso a los aposentos privados del papa Woytila) un tinglado al menos tan peligroso como el Opus Dei, y que ha abducido a miles de personas en todo el mundo.

¿Exagerado? Ni un pelo. Yo mismo fui invitado a unirme a este "camino" y decliné tan amable invitación, porque desde lejos (también había sufrido el "apostolado" del O.D.) apestaba a montaje sectario. Mis padres y mi hermana tomaron parte en la comedia durante algún tiempo... y salieron por piernas. De hecho, mi hermana conoció en la secta a quien hoy es su esposo, y ambos se vieron retirado el saludo, porque mi actual cuñado "había dejado a Dios por una mujer", y es que estaba destinado a una esclavitud todavía mayor.

La santificación de Escriba Albás (ni Balaguer ni prollas) y el fraudulento encargo a este pintamonas copión (que ya vende sus dibujitos a las distintas "comunidades" que se crean por sus adictos) son los dos puntos más negros de la Iglesia Católica desde que no se quema a la gente (es discutible el papel de Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial)

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Enlace número 5
Una conferencia del tarado de Argüello
El prodigio de intelectualidad del siglo XX
Otra mirada sobre el O.D.

bodas

bodas

Me parece que todo blog que se precie necesita un tema "bodas". Bueno, voy a aprovechar la ocasión que se me presenta tan gentilmente para poner el primer ladrillito, y ya se verá.

El caso es que el finde pasado, con mi dolor de muelas a cuestas y pretrechado con diversos tipos de paracetamol (solo, con cafeína, con codeína), ibuprofeno (¿se escribe así?) y aspirina, me fui a Esjípol, y de allí a Milán, y de allí a Génova. A continuación vienen los restos de lo que en mi pedeá fui perpetrando durante el viaje, y después de corregir las faltas de horticultura:

viernes 30 de abril. Aeropuerto de Esjipol

Como de costumbre, la perspectiva es pasar por estos pasillos un rato largo. De momento, la cola (en el sentido de fila) para el chequín es larga de cojones, en el sentido de testículos. Delante de mi, dos holandesas con caras tan desangeladas como el noventa por ciento de las indígenas de aqui. Anna deberia andar por aquí: Paolina me dijo que íbamos en el mismo vuelo. Bueno, no la veo... Esa chica de blanco no puede ser holandesa: ni sus curvas, ni su expresion facial ni su lenguaje corporal son del norte. Es mediterránea, seguro; probablemente italiana, ya que vamos a Milán. Y mi italiano, en el limbo (apenas me atrevo a pedir una birra).

Por fin han abierto una nueva zona comercial en Esjípol, que hasta ahora estaba en obras. Compro algo para oler bien (mejor) y algo para que me haga compañía en el viaje (Cheryl Bentyne, vieja amiga desde Vitoria en 1991, y Laura Fygi, descubrimiento de ahora mismo: ya contaré en otro momento).

Como de costumbre, paseo largo hasta la puerta de embarque. Parece que para llegar a cualquiera de ellas tengas que recorrer todo el aeropuerto, aireportua en vasco, luchthaven en jrop. Anna tampoco esta aquí, asi que me voy a tomar un café.

Avión

Anna ha llegado por fin, y está justo a mi vera (pura casualidad), pero está trabajando, asi que yo trabajo un poco también (no todo va a ser preparar el post del domingo) y avanzo en el libro de Blix (del que hablaré en mi otro blog, mundo mundial, que no quiero mezclar churras con merinas).

El disco de Laura Fygi es todo un descubrimiento. De los dos que había en la tienda he cogido el que tenía mayor número de canciones conocidas, por tener mejor base para juzgar, y la verdad es que está bien. Parece mentira que este país, donde las mujeres suelen tener unos tonos de voz francamente, dé cantantes de jazz (te recuerdo a la Trini, de la que hablé el otro día).

Ahora, a ver como llegamos a Génova. En todo caso, tener a una nativa al lado no puede mas que ayudar (aunque ella sea veronesa).

Viernes noche, hotel

Esto sigue siendo el mundo al revés: sales de una Holanda soleada para llegar a una Italia lluviosa. Llegas al tren en Milán con un minuto de retraso y ya se está yendo (consecuencia: una hora de espera). Para acabar de arreglarlo, los 800 metros que llevaban de la estación al hotel eran 3000 y cuesta arriba. Menos mal que el hotel es decente (por el precio que nos han conseguido, no era para pedir mucho más).

He dado un paseo por la ciudad, y me ha gustado. Muchas piedras viejas, pero seguro que tiran pronto todas esas casas del siglo tal y hacen unos rascacielos de esos buenos, buenos de verdad, que eso sí que crea riqueza. En serio: la ciudad tiene unos rincones impresionantes, y un paseo por la parte vieja es un placer para los sentidos (bueno, en algunos rincones no es un placer precisamente para el olfato). He visto la casa de los Doria, mercenarios genoveses que estuvieron muy relacionados (en contra y a favor, sucesivamente) con España durante el siglo dieciséis. La parte nueva puede compararse con la Ciudad de Caín. Sin ir más lejos, junto al Palacio Ducal hay una fuente que parece talmente la de la Plaza de Paraíso (Basilio). También debe de estar por ahí la casa donde dicen que nació Colón, si es que de verdad nació aquí. Mañana habrá tiempo para visitar (un rato) el pueblo éste.

Sábado - mediodía - hotel

Bueno, hemos visto un poco más de Génova. Paseíto por la parte vieja (de día, pero todo cerrado, no recordaba que es primero de mayo, festividad de San José Obrero) y visita a una exposición (si no hubiera sido por Cécile ni me habría enterado) en el palacio ducal. Por cierto, el mundo al revés, segunda parte: vengo desde las holandas a Italia y me meto en una exposición donde el plato fuerte es Rubens. Manda carallo. Pero es que parece que al bueno de Pedro Pablo le querían mucho por aquí, y se pasó largas temporadas pintando retratos de unos y de otras, y también de los palacios de la ciudad. Si no hay nada como pintar monigotes...

No sé si por culpa de la exposición o del rastro que había en el vestíbulo, pero el caso es que he perdido a las chicas, y me he tenido que ir a pasear solo, callejeando y buscando un sitio donde sentarme a comer y a leer el periódico. Al final, tras muchas vueltas y algunas fotos, he acabado en el puerto, comiendo pescadito (mmm... y ni arenque ni anguila ni salmón!). Y ahora, a afeitarme, ducharme y a la boda! (bueno, antes quizá me vista). Parte meteorológico, que a alguna gente le importa mucho: por la mañana llovía, pero ahora luce el sol.

Sábado a la noche - vuelta al hotel

Más que cansado, es que sólo tengo cuatro horas para dormir. Mañana si acaso ya eso...

Domingo - en el tren

Pues hemos llegado al tren. Bueno, lo realmente sorprendente es que me haya levantado. No por los excesos (parece que aquí las bodas no son la fiesta-qué-fantástica-fantásticastafiesta que son en Spanje), sino por las pocas horas que he dormido. Ni siquiera me atreví a dormir en el coche a la vuelta. Me explico.

La boda, bien. Versión bilíngüe italiano-holandés, así que todo controlado (plc). Luego, y ésta es una particularidad curiosa, los novios no mandan a Sodoma al resto para irse a hacer fotos horteras a algún jardín, sino que se van al sitio de la cena. Bueno, igual era sólo en este caso, porque el lugar era IM-PRE-SIO-NANTE-NANTE. Una villa a unos 40 quilómetros de Génova, con unos jardines impresionantes (si nada cuidados) y vista al mar. Por lo demás, la rutina habitual (cóctel, cena, tarta, café, baile y copas), con la particularidad de que tanto la recepción como la cena fueron a base de productos típicos de la región, es decir sin fuagrás Lapiara ni patatas Lais.

La música estuvo bien a partir de cierto momento, o quizá sea que yo me calenté, pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

Pero lo grandioso fue cuando me salí un rato a descansar al jardín. Estaba yo allí tan tranquilo con una copa y mirando al cielo, cuando un señor (que luego resultó ser tío de la novia) tocado con boina apareció con un acordeón en las manos, se fue a un rincón de la hacienda y reclamó la atención de la novia, que se puso a bailar danzas sardas (de Cerdeña, para quien tenga dudas) con su padre, su hermano y algunos otros que no pude identificar (la verdad es que tampoco hice por conocer a toda la peña, me bastó con quienes había en mi mesa). La escena era tan típica italiana que cuando acabaron estuve a punto de acercarme al padre y darle un sobre con dinero, como en Elpadrino.

El caso es que ahi acabó más o menos la fiesta, y tuvimos que empezar a buscar quien nos bajara o bajase de vuelta a Génova, resultando que el padre de la novia estaba dispuesto, aunque tendríamos que compartir coche con el artista del acordeón y su hijo. No problem.

Lo largo del viaje sólo fue completado por la vuelta que había que dar para llegar al hotel donde se alojaba el tío, que parecía estar (thank god!) muuuuucho más lejos del centro que el nuestro. Y, además, la conducción fue... cómo decirlo, deportiva, lo que unido al estado general de fatiga y cargamento (aunque este último, lamentablemente, leve) no ayudó a la quietud de nuestros espíritus.

El caso es que estamos llegando a Milán, y si no pasa nada de particular aquí despido la crónica de este hermoso viaje, hasta la próxima vez que tenga un rato para escribir.

la trini

la trini

(suena: Radio 3)

del pop al jazz y viceversa... hasta el otro día no conocía a esta joven, Trijntje Oosterhuis (/'train-che 'ous-ter-jaus/), que parece que es lo que más fuerte pega ahora mismo en los Países Bajos, al menos entre los aficionados al jazz. He podido oír un disco suyo, Strange Fruit, con versiones de clásicos: God Bless The Child, I Got Rhythm, Summertime... Al menos de momento, no es mi cantante favorita de todos los tiempos, pero quizá la he oído poco...

En el coche, de todas formas, sigo llevando a Viktoria Tolstoy (hasta que me canse y decida que es hora de un cambio).

gorrones

Lo que tiene cambiar de ciudad y de país es que vas dejando detrás de ti un montón de papelitos de muy diversos tipos donde van escritas tu dirección y tu teléfono. Normalmente, sólo ofreces tu casa a los amigos, pero por supuesto siempre se cuelan los inevitables compromisos y las noches en las que la exaltación universal de la amistad te hace cometer errores que nunca te perdonarás.

El caso es que, después de dos años aquí, ya he sufrido los embates de varios regimientos de gorrones que se han presentado en mi casa como si fuera la suya. Bueno, casi, porque en su casa no tienen un futón tan cómodo como el mío, aunque sea en el salón. Bueno, no siempre ha sido así. Mi primer verano, cuando compartía conmigo mismo una habitación inmunda (eso sí, cerca del mar), se presentaron dos gorrones, a los que llamaré por orden alfarero Javier y Ricardo, que disfrutaron la primera noche de un colchón hinchable y no sé cómo eso no acabó en una tragedia. Porque Ricardo, que no aguantaba los ronquidos de Javier, se levantó a mitad de noche para buscar un hotel. Y lo encontró. Hay que decir que los citados ronquidos hicieron sonar las alarmas de todo el país.

Llamaré a los últimos Juancho y Rosa. A pesar de no poderles hacer mucho caso (curro brutal, para variar) y de que nos retiramos prontito por la noche (lo que hace la falta de costumbre, queridos), me lo pasé bien. Y Rosa me demostró, en un aspecto muy concreto, el buen criterio que tiene (y del que yo nunca había dudado), al juzgar a una determinada persona de forma mucho más acorde con la realidad que muchos otros de mis ex compañeros de trabajo. Ya te contaré cosas de más gorrones.

ociosos

(Sé que llevo mucho tiempo sin contarte nada... pero he estado demasiado ocupado. Temgo un montón de cosas que contar, sin embargo, y trataré de hacerlo poquito a poco.)

La gente no debe tener muchas cosas que hacer, y busca nuevas formas de pasar el tiempo. La última iniciativa que me ha sido dado conocer es la de fotografiar todos los puntos del mundo donde se juntan meridianos y paralelos. Sorprendentemente, no parece que en esos puntos suceda nada especial (salvo por las coordenadas del GPS, necesario para reportar), ni que haya líneas pintadas en la tierra...

Si no me crees, vete a esta dirección y verás los cinco puntos de este tipo que hay en Oregón.

el paso del tiempo, again

el paso del tiempo, again

Insisto en que el paso de los años me afecta poco; no me siento para nada mayor, ni nada. Pero pensar que hace diez años que Kurt Cobain se pegó un tiro...

la tataranieta (o algo así) del escritor

la tataranieta (o algo así) del escritor

Tiene ya un nombre en el jazz sueco, y si llegas a conocerla comprendes por qué. Sí es popular en Alemania; de hecho, la he descubierto gracias a una tienda alemana donde entré la semana pasada para coger algo de música para el coche.

Aquí tienes la página oficial de Viktoria Tolstoy