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conocimiento inútil

mi primer huracán (2)

¿Dónde me había quedado? Ah, sí: en el cementerio; quiero decir que hablando de él. De allí me fui a cambiar de ropa, oiga, y vistas las circunstancias a un Marshall (el Sepu de los gringos o así) que había frente al ayuntamiento o coyunda. Allí hice acopio de camisetas y otras ropas más o menos interiores y seguí paseando por las hermosas calles de San Juan y por las otras, entrando en galerías comerciales donde lo único interesante que encontré fue un daiquiri de mango, mientras hacía tiempo para volver al hotel, desde donde íbamos al lugar donde se celebraba el congreso. Media hora de viaje en autobús, al menos con aire acondicionado. Al menos, eso estaba previsto, ya que pasamos más de una horita preguntándonos cuándo llegaríamos de una pinche vez, y si no se estaba acabando ya la islita de marras. Bueno, al final llegamos. Entre la entrada en el resort y que el bus se paró en la entrada del hotel, pasamos un rato circulando entre arboledas, campos de golf... la verdad es que todo anunciaba unos días fantásticos... si no fuera porque teníamos que trabajar y por ese calor húmedo.

La distribución de habitaciones fue tranquila, si tenemos en cuenta que ese mismo día había habido seiscientas salidas (!), y conseguí deshacer la maleta y darme una ducha antes de la inauguración del congreso (y la consiguiente recepción, por supuesto). Me enfundaron la habitual carpeta con materiales diversos, tomé un par de vinos y me fui a dormir... me había despertado a las cuatro de la mañana, con la coña del cambio de hora, así que estaba derrengado.

(continuará)

2 comentarios

petalo -

corazon que me tienes en ascuas a ver si nos cuentas como terminó esta aventurilla!!

petalo -

hola guapo! que guay lo que cuentas!! la verdad que he estado malita y ahora me leo todo del tirón, a ver si terminas la historia que me tienes muy intrigada

un besote