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conocimiento inútil

formas de hacer las cosas

[post sin acentos, al menos por el momento]

Lo confieso: no soy el padre del hijo de Rachida Dati. Se que a mis cienes y cienes de admiradoras esta confesion, de un lado, les consuela al hacerles albergar esperanzas en sus corazones, y de otro les entristece porque no compartire mis genes con la ministra, y porque se frustra definitivamente la foto a cuatro con que todos los paparazzi suenan: Nico, Carla, Rachida y servidor.

Pero, que caramba, me hubiera gustado aparecer en la prensa como el, al menos presunto, culpable del desaguisado. No ha habido suerte, y el titular se lo ha llevado otro. Y digo yo: Que habria hecho si, falsamente, me hubieran atribuido esta paternidad?

En primer lugar, guardar el secreto de que es falso. Solo mi pareja (bueno, y sus progenitores, ya que no quiero privarla de ulterior descendencia debido a una impotentia coeundi) merece saber la verdad.

Segundo, dar alas al rumor: ponerme delante de los medios, contestar con evasivas y algun aspaviento a las inevitables preguntas, que mi pareja aparezca en publico exclusivamente con gafas de sol y expresion cariacontecida.

Tercero, un viajecito a Paris, que no hace mal a nadie, evitando cuidadosamente la Place Vendome (sede del Ministerio de Justicia) pero consultando su web, a ver si hay alguna posibilidad de coincidir con ella en alguna parte (que mas prueba es necesaria que aparecer en el mismo acto publico).

El otro ha actuado de otra forma. Bueno, con el sentido del humor que le caracteriza. Asi le va.

Dejenme que un dia elabore sobre su sentido de servicio al Estado, abandonando su puesto en el Consejo de Estado (consejero nato, como ex Presidente del Gobierno que es) y dedicandose a engordar la bolsa y a fomentar el guerracivilismo, o el hispanodicotomismo si el otro les parece muy fuerte, desde su Fundacion.

Y que sean felices.

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