cumpleaños otra vez
Ayer cumplí años, lejos de casa, pero con algunos amigos a mi lado y con el teléfono sin dejar de sonar.
Alguien, queriendo hacerme daño, dijo hace algún tiempo que yo seguía siendo igual que cuando tenía diecinueve años. Si esa persona supiera que estoy orgulloso de ello, probablemente se reiría de mí: para alguna gente, madurar no consiste sino en incrementar el recelo, la ocultación de la propia persona y la creación de una imagen fingida.
Claro que esa persona no sabe lo cortas que son las piernas de la mentira, y así le va.
El caso es que me encuentro bien, querido por casi toda la gente que me importa, valorado en mi trabajo (por fin!) y tranquilo. Que lo sepas.
Alguien, queriendo hacerme daño, dijo hace algún tiempo que yo seguía siendo igual que cuando tenía diecinueve años. Si esa persona supiera que estoy orgulloso de ello, probablemente se reiría de mí: para alguna gente, madurar no consiste sino en incrementar el recelo, la ocultación de la propia persona y la creación de una imagen fingida.
Claro que esa persona no sabe lo cortas que son las piernas de la mentira, y así le va.
El caso es que me encuentro bien, querido por casi toda la gente que me importa, valorado en mi trabajo (por fin!) y tranquilo. Que lo sepas.
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Ana Hernández -